Si escogemos vivir en la oscuridad, ya sea mientras estamos en la Tierra o después de la "muerte", si optamos por permitir que disminuya la luz, entonces hemos elegido un lugar en las tinieblas. Pero siempre depende de nuestra elección. Lo que estoy diciendo es que no existen las llamas del infierno, a menos que las elijamos nosotros (Rosemary Altea).
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